Filosofía y solidaridad IV: Emmanuel Levinas y la solidaridad en cuestión
En esta tercera entrada, abordaremos la
implicación del concepto solidaridad en el pensamiento de Emmanuel Levinas,
filósofo francés autor de obras como: De la existencia al Existente, El Tiempo
y el Otro o Totalidad e infinito.
1. ¿Cuál
es la diferencia entre en subjetividad e infinito en el pensamiento de Levinas?
Dentro del contexto de la
solidaridad, entendida como a la subjetividad acogiendo al Otro, es decir, como
hospitalidad, Levinas considera que en ella se lleva a cabo la idea de lo
infinito. Es por ello que la intencionalidad en la que el pensamiento sigue siendo adecuación al
objeto, no define a la conciencia en su nivel fundamental, pues todo saber, en tanto
que intencionalidad supone ya la idea de lo infinito, la inadecuación por excelencia.
El recurso de Levinas al modo
cartesiano de establecer la relación del ´yo pienso' con la 'idea de lo
infinito´, se deja comprender, primeramente, como un recurso a la estructura
formal que esta relación posibilita poner en relieve. La idea de infinito o lo
infinito en lo finito, permite caracterizar, por un lado, la separación del Yo,
o lo Mismo, como no provisoria; así como también permite dejar entrever la
trascendencia del Otro, o lo Otro, como lo que, irreductible a toda
apropiación, no se encauza en un régimen de adecuación o en un acto de
ideación. Con ello, la idea de infinito, o ligadura que se produce en la
relación de lo Mismo con lo Otro, no solo no oblitera la separación o
independencia radical que caracteriza a los términos en relación, sino que
también se inscribe como una brecha en el horizonte de la totalidad donde los
términos pueden ser subsumidos como partes de un todo o momentos de una
historia. En tanto que indicación de un movimiento relacional que se abre hacia
un más allá de la totalidad o de un horizonte ego-centrado, cogitatum de una
cogitatio traspasada en su mismo impulso, la idea de infinito nos conduce a
pensar dicha apertura o intriga ética según la extraña topología de un más a
allá en. En esta dinámica, es en la que se acusaría una asimetría originaria que mantiene irreductibles a los
términos en relación, y una excedencia que vendría a dislocar y a reorientar
las chances posibilitadas por la estructura fenomenológica de la trascendencia
en la inmanencia.
2. ¿Cuál
es el vínculo entre lenguaje y ética?
Tomando como referencia lo antes
señalado, empezaremos diciendo que el hecho de que el yo y el otro no se
relacionen originalmente como iguales reside en la esencia ética del lenguaje.
Así, abordar el vínculo entre Ética y lenguaje, para Levinas implica el insistir en la apertura de la subjetividad. En este contexto, la
reciprocidad, el intercambio del dialogo, la comunicación entre iguales, son
vicisitudes posteriores que, suponiéndola, ocultan la dimensión primordial del
lenguaje o del Decir, verdadero asiento de la solidaridad ética para este pensador.
El
Decir implica aproximarse al prójimo, acreditarle significancia, lo cual no se
agota en prestación de sentido, es decir, en los contenidos de lo Dicho. El Decir es comunicación, ciertamente; pero
en cuanto que condición de toda comunicación, en tanto que exposición. Para
este pensador, la comunicación no se reduce al fenómeno de la verdad y de la
manifestación de la verdad concebidas como una combinación de elementos
psicológicos, sino que reside primeramente en el descubrimiento arriesgado
de si, en la sinceridad, en la ruptura de la interioridad y el abandono de todo
abrigo, en la exposición al traumatismo en la vulnerabilidad. En ese sentido,
la apertura del yo estaría ya siempre precedida por una exigencia que me expone
como responsable o respondiente.
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