Filosofía y solidaridad VII: Normatividad, ética y concepciones solidarias de la justicia en Van Parijs
En esta séptima y última entrada en torno al tema de la solidaridad, abordaremos la implicación
de este concepto en el pensamiento de Philippe Van Parijs, filósofo y
economista político belga, conocido por su defensa del concepto de renta básica
por sus implicaciones en la libertad y el pleno desarrollo de los individuos.

1. ¿Cuál
es la vinculación de la teoría de la justicia de Rawls con la perspectiva de
Van Parijs?
El principal punto de encuentro
entre las teorías de ambos autores es el hecho de que tanto la teoría de la
justicia de Rawls como las teorías de Van Parijs son de carácter liberal, pues
ambos consideran que una sociedad justa es aquella donde sus miembros gozan
plena e igualmente de los ‘derechos del hombre’; más precisamente, de un
conjunto debidamente especificado de libertades fundamentales. Al respecto,
este último señala “La concepción de la justicia como libertad real para
todos... es una concepción liberal. Pero es una concepción liberal que rechaza
que la tolerancia degenere en indiferencia. Al contrario, pretende aliar
plenamente la tolerancia a la solidaridad, debidamente refundada”.
Por último, cabe señalar que ambas teorías
pretenden tener implicaciones no son
solo filosóficas, sino también políticas, jurídicas y
económicas.
2. ¿Cómo
se vincula el concepto de solidaridad con el de la justicia en la obra de Van
Parijs?
Para este autor, las concepciones
solidarias de la justicia estarían vinculadas a la necesidad de forjar
actitudes de tolerancia y solidaridad que traspasen las fronteras nacionales.
En este contexto, sería necesario la creación de políticas e instituciones
privadas y públicas que permitan que todos los sujetos puedan experimentar una
relación que vaya más allá de su generación, de su clase o de su nacionalidad.
La propuesta de este pensador es la creación de una “renta básica” o ingreso
ciudadano ajustado a una sociedad donde haya libertad real para todos, misma
que posibilitaría establecer las bases de una sociedad justa. Así entendida, la justicia no consistiría ni
en aumentar tanto como sea posible la suma de las ventajas socioeconómicas, ni
en igualar tanto como sea posible su distribución, sino más bien en agrandar la
parte más pequeña de manera constante y tan duraderamente como sea posible.
Para Van Parijs, el desafío
teórico más importante para plantear la solidaridad en este momento de
capitalismo mundial es afirmarla como valor social, pero además, salvarla y,
principalmente, refundarla en su sentido ético más estricto, el de la justicia.
3. ¿Cómo
vincula el concepto del estado benefactor en relación al tema de la salud y los
migrantes?
Van Parijs observa que en ambas
situaciones encontramos la necesidad de repensar el sentido de la apertura a la
solidaridad intergeneracional y la acogida a los extranjeros que van a trabajar
a sociedades distintas de las que nacieron.
En el primero de los casos el
autor considera que en toda sociedad auténticamente liberal, justa y solidaria
no puede aceptarse la dualización de la atención médica a los ciudadanos y por
ende, no puede justificarse éticamente que unos reciban tratamientos de salud
con mayores beneficios que otros, a quienes les corresponda aceptar lo que el
modelo económico predominante pueda ofrecerles, pues se trata de establecer
iguales criterios de atención sanitaria para todos los miembros de una
sociedad. Esto permite enjuiciar la idea de que la salud pueda disociarse en
una atención pública y una privada, es decir, que solo sea posible una
solidaridad débil y que los requerimientos de la solidaridad fuerte no sean
realmente aceptables. En esta línea de
pensamiento, Van Parijs está a favor de una solidaridad fuerte, que va más allá
del seguro, redistribuyendo ex ante desde aquellos cuyo ingreso esperado sea el
más elevado y/o cuya salud esperada sea la mejor, hacia los débiles, es decir,
los más pobres en cuanto a sus ingresos y/o los más frágiles en cuanto a su
salud”
Comprender la solidaridad, y el
modo como plantea la resolución de la cobertura de los gastos de salud y los
costos de la migración en el marco capitalista internacional, permiten sopesar
la ética económica en la era de la globalización y de esta forma, analizar y explicar las
repercusiones de una ética de las transferencias económicas a través de las
generaciones y entre los pueblos.
4. ¿Qué
problemas observa de la solidaridad en el contexto asimétrico?
Los problemas principales que el
autor observa están relacionados con las desigualdades económicas y
socioculturales respecto de los indígenas, los migrantes, las mujeres, etc. En
ese sentido, considera que las posibles soluciones a los mismos no pueden desvincularse
de un cosmopolitismo y un patriotismo solidarios. Este planteamiento supone una
crítica especial a los mecanismos que elabora el modelo económico para
neutralizar las transferencias que aseguran la adecuada integración de aquellos
que, poseyendo menos, tienen menos posibilidades de hacer frente a las
exigencias competitivas del mercado La hipótesis de trabajo que uno puede
extraer de Van Parijs es que los problemas de la justicia, la equidad y la
solidaridad podrían resolverse a partir de un criterio maximun desde una
sociedad global que tiene prioridad sobre la sociedad local, puesto que es la
fórmula más adecuada para introducir mecanismos redistributivos sustantivos a
escala mundial, es decir, es necesario contar con una ética económica que supere
los límites del estado-nación, pues esta es la única que puede asegurar las
condiciones de la justicia y de la solidaridad en un contexto capitalista, solo
si podemos retomar la idea de que las sociedades exigen tradiciones
contextúales, relativa a los bienes, que coadyuvan a afirmar la justa medida de
lo que cada individuo requiere en una comunidad de vida, lo que implica que la
solidaridad fuerte es siempre anterior a la solidaridad débil.
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